En la comarca de las Cinco Villas, a menos de 100 kilómetros de la capital aragonesa, se encuentra la localidad de Biota, donde tiene su sede Biotternera, una pequeña explotación agropecuaria dedicada a la reproducción y cría de ganado vacuno de manera tradicional, donde también se producen los cereales y el forraje con los que alimentan a sus vacas y terneros, cerca de 130.

Durante su ciclo de vida, se procura el bienestar de los animales hasta que finaliza la fase de producción y se comercializa su carne. En ese tiempo, la granja ofrece la opción de apadrinar una vaca o un ternero en tres modalidades distintas que incluyen desde la posibilidad de visitar la explotación agropecuaria a seguir el día a día de un animal en concreto a través de fotos y vídeos durante un año.

“Las criamos en nuestros campos desde que nacen hasta que se llevan al matadero. Quienes apadrinan a nuestras vacas pueden comprobar cómo crecen en nuestra granja y ver que viven en semilibertad prácticamente hasta el final”, explica Enrique Lafita, propietario de la explotación. El ciclo de la vida termina ahí para ellas pero si algún padrino quiere hacerse cargo de una de estas vacas y que no sea sacrificada “podemos contemplar la posibilidad”, añade Lafita.

Cada opción incluye su porción: la más económica tiene un precio de 72 euros e incluye un lote de iniciación de 2,5 kilos de carne. La intermedia,un cuarto de ternera, 50 kilos, por 750 euros, una alternativa para compartir entre un grupo de amigos por ejemplo; y la última modalidad de apadrinamiento, indicada para peñas o sociedades gastronómicas se compone de todos los productos de la madurez de un ternero, por 2.500 euros.

“La idea de Biotternera surgió cuando unos amigos me comentaron que les gustaría poder comprar directamente la carne de vacuno que producimos aquí . Pusimos el proyecto en marcha hace cinco años y desde la semana pasada ofrecemos la posibilidad de comprar online”, explica.

Además de las modalidades de apadrinamiento, en su página web también ofertan lotes de 2,5, 4,5 y 9,5 kilos de una carne con una propiedades que se dejan notar en su sabor y en su color, más oscuro que el de las elaboradas mediante procesos industriales.

Los productos que se envían directamente de la granja al domicilio del cliente incluyen en su precio los gastos de envío y están envasados al vacío en paquetes etiquetados individualmente en los que figura el tipo de corte y pieza correspondiente, así como la fecha de envasado y caducidad, entre otros datos. Además, es posible congelarlos durante más de un año, manteniéndose tiernos y sabrosos.

A lo largo de todo el proceso, se tiene muy en cuenta la trazabilidad , que es “la posibilidad de encontrar y seguir el rastro, a través de todas las etapas de producción, transformación y distribución, de un alimento, un pienso, un animal destinado a la producción de alimentos o una sustancia destinados a ser incorporados en alimentos o piensos o con probabilidad de serlo”, según establece el artículo 3 del Reglamento CEE 178/2002 de la Unión Europa.

Repartimos a toda España y queremos empezar a hacerlo a Francia” -revela Lafita-. Pero hay que entender que ni somos almacén ni carnicería y servimos sobre pedido. Hasta que no tenemos toda la canal vendida no sacrificamos al animal”. Por eso los plazos de entrega oscilan entre los 15 y 45 días, ya que también es necesario realizar el proceso de oreo, que consiste en conservar la carne en cámaras frigoríficas en una atmósfera a cuatro grados para que pierdan el agua que contiene.

FUENTE: Heraldo de Aragón